Una de las enfermedades oculares más perjudiciales, molestas para el paciente y difíciles de detectar es el glaucoma. El gran peligro de esta dolencia radica en dejar que se desarrolle y cuando esto sucede se corre el riesgo de llegar a padecer ceguera. El único aspecto positivo es que si se diagnostica a tiempo se puede solucionar y posteriormente solo habría que someterse a revisiones periódicas.

¿Qué es el glaucoma?

Glaucoma es el nombre que reciben el grupo de afecciones que causan un daño directo sobre el nervio óptico, que es la parte más delicada y a la vez esencial en el ojo para poder ver. Se cree que una de las principales causas del glaucoma puede ser la aplicación rutinaria de una gran presión sobre el ojo.

Esta enfermedad puede surgir a cualquier edad, pero en la gran mayoría de los casos se da en adultos que superan los 50 años. Además, el glaucoma es uno de los factores principales de las causas de la ceguera en personas mayores de 60 años. Los expertos siempre recomiendan tener un cuidado minucioso del ojo y consultar con un médico cada cierto tiempo para evitar que se desarrolle en su totalidad. Muchos pacientes que padecen esta dolencia tienen que seguir un tratamiento de por vida.

Glaucoma, ¿qué síntomas causa?

Una de las características que convierten al glaucoma en una enfermedad peligrosa es que, el más común en nuestro medios, el glaucoma crónico simple, apenas presenta síntomas hasta que llega a un estado irreversible. Por este motivo es apodado como el “ladrón silencioso de la vista”. Aunque en ocasiones, el glaucoma agudo por ángulo cerrado, se manifiesta con molestias, visión borrosa, dolores intensos, vómitos o nauseas. También puede ocurrir que se vea con frecuencia una especie de halo rodeando las luces ante un aumento repentino de la tensión ocular.

Si se producen estos síntomas se debe contactar rápidamente con un especialista para que realice las pruebas correspondientes y designe cuál es el tratamiento más adecuado. La gran ventaja de que el glaucoma avise de cierta manera es que se puede aplicar un remedio que salve la visión de la persona.

¿Cuál es el mayor problema del glaucoma?

El mayor problema del glaucoma es que se desarrolle hasta llegar a su versión más avanzada. Si esto sucede, la dolencia será incurable y la consecuencia directa sería que la persona padeciera de ceguera por el deterioro en el campo de visión. Normalmente se llega a esta fase de forma progresiva y el primer síntoma grave que se manifiesta es la pérdida de visión periférica. Este contexto obliga a cualquier persona que tenga sospechas de padecer alguna dolencia en sus ojos a acudir a una revisión médica de forma inmediata.

¿Cuáles son los factores de riesgo al tener glaucoma?

Debido a que el glaucoma es una enfermedad que apenas presenta síntomas, es importante conocer los factores de riesgo para estar alerta y tomar las precauciones que sean necesarias. El primero de ellos y el que más hay que tener en cuenta es tener una presión intraocular alta, es decir, que el ojo tenga una presión interna más elevada de lo normal.

Como ocurre con otras muchas dolencias, la edad es un factor importante y en este caso ser mayor de 60 años es un riesgo para el desarrollo del glaucoma. Lo mismo ocurre con la genética, tener antecedentes familiares que hayan padecido esta dolencia es otro aspecto a tener en cuenta, así como padecer enfermedades cardiovasculares o padecer diabetes.

El estado del ojo también es importante y tener la córnea delgada o padecer enfermedades oculares como hipermetropía o miopías en un grado extremo puede contribuir al desarrollo del glaucoma. Además, si anteriormente ha habido lesiones en el ojo o se ha tenido que recurrir a la cirugía es importante prestar atención.

Otros factores de riesgo están relacionados con la farmacología. Consumir corticoides con frecuencia o tomar gotas oftálmicas dilatadoras de la pupila puede favorecer la aparición de esta enfermedad. También es importante la procedencia, ya que estadísticamente se ha demostrado que las personas afroamericanas, asiáticas o hispánicas son más propensas a desarrollar el glaucoma.

Momento de aparición

El glaucoma aparece cuando el nervio óptico sufre una lesión que va degenerándolo. Cuando esto ocurre la vista se va perdiendo de forma gradual y la persona empieza a ser consciente de ello cuando nota la presencia de puntos ciegos en su campo de visión.

Aunque se ha determinado que la causa principal de la aparición del glaucoma es la presión en el ojo, todavía se sigue investigando su origen, así como los factores definitivos que influyen en su aparición. A día de hoy se ha comprobado que la presión ocular se produce por una acumulación excesiva del líquido que circula por el interior del ojo.

Esta sustancia se mueve por un tejido ubicado en una zona en la que se juntan el iris y la córnea. Si este líquido no se mueve de forma correcta o el drenaje no es efectivo la presión ocular aumenta y como consecuencia el glaucoma empieza a desarrollarse de forma progresiva. Las causas exactas que provocan que este líquido no circule de forma correcta todavía se siguen estudiando, pero se ha confirmado que la genética es un factor muy influyente al haber casos de pacientes que tienen genes vinculados con esta dolencia.

¿Cómo se diagnostica el glaucoma?

El médico que se encarga de tratar enfermedades oculares como el glaucoma es el oftalmólogo. Lo habitual es que en la primera visita realice un examen general de la vista en el que estudie detalladamente el ojo del paciente. Además, formulará algunas preguntas sobre su salud, revisará su historia clínica y realizará las pruebas que considere oportunas.

Análisis del nervio óptico

  • Tomografía de coherencia óptica: OCT por sus siglas en inglés. Esta prueba se realiza por medio de la oftalmoscopia que consiste en un diagnóstico que examina el nervio óptico y que tiene como objetivo detectar los daños que haya podido causar el glaucoma. Para realizar la tomografía de coherencia óptica no suele ser habitual dilatar la pupila.
  • Medir la presión intraocular, que es la fuerza que ejercen los líquidos que circulan por el interior del ojo sobre las paredes del mismo. Para averiguarlo se realiza un examen de tonometría que mide la presión que hay dentro de los ojos.
  • Campimetría. También se verifican las zonas del ojo en las que el paciente indica que ha empezado a perder la vista. Es decir, los puntos ciegos que aparecen en su campo de visión.

Otras pruebas que se realizan son las mediciones del espesor de la córnea, que consiste en un examen totalmente indoloro y que se realiza porque se ha comprobado que el espesor de esta zona del ojo influye en la presión que sufre este órgano. Finalmente, se puede recurrir a una inspección del ángulo de drenaje, una evaluación que se realiza con una gonioscopia que se realiza empleando una lente especial con la que se observa la zona anterior del ojo que se ubica entre la córnea y el iris.

Tipos

Existen varios tipos de glaucoma, algunos incluso llegan a afectar a los niños y detrás de su aparición en estas edades suele estar el factor genético. También se está investigando el glaucoma de tensión normal porque se produce aunque la presión del ojo se encuentre por debajo de los parámetros normales, por el momento se cree que detrás de su aparición se encuentran los problemas circulatorios que se producen en las zonas cercanas al ojo.

Otra modalidad que se suele dar con cierta frecuencia es el glaucoma pigmentario que se produce por la acción de los pigmentos del iris que se acumulan en los canales de drenaje. Al producirse esta circunstancia el líquido que sale del ojo queda bloqueado y aumenta la presión ocular. Pero aparte de estos tres, existen dos tipos de glaucoma que son los más habituales:

  • Glaucoma de ángulo abierto: esta variación de glaucoma es la más común. Se produce cuando la malla trabecular, que es una red porosa formada por canales que están conectados y que se ubica entre la córnea y el iris queda bloqueada de forma parcial. El resultado es que se produce una presión que va dañando el nervio óptico de forma progresiva. El gran peligro de este tipo de glaucoma es que no provoca ningún dolor y el paciente solo es consciente de que tiene este problema cuando ha perdido la visión.
  • Glaucoma de ángulo cerrado: se produce cuando el líquido se bloquea y hace presión sobre el ojo no puede salir. Esto hace que el nervio óptico sienta una gran fuerza sobre él y provoque importantes daños de manera más rápida. Cuando un paciente padece este tipo de glaucoma se considera que está en una situación de emergencia.

Otro de los peligros del glaucoma de ángulo cerrado es que es muy agudo y cuando se produce en un ojo, se corre el gran riesgo de padecerlo en el otro, por eso en algunos casos los médicos optan por controlar al segundo ojo con tratamientos de prevención y así evitar que la situación sea todavía más grave.

Solución

El aspecto más negativo del glaucoma es que los daños que provoca cuando se desarrolla a gran escala no tienen una solución definitiva. Los médicos son conscientes de esta circunstancia y recurren a tratamientos como la medicación o la cirugía para retrasar sus efectos y sobre todo para evitar que la persona pierda la visión.

  • La medicación es el tratamiento menos invasivo y se receta cuando el glaucoma todavía no ha alcanzado fases muy avanzadas. El uso de los los colirios hipotensores que reducen la producción del líquido que circula por el interior del ojo y que causa la presión sobre él suele ser muy habitual, al igual que la pauta de medicamentos por vía oral.
  • Cuando la medicación no da los resultados esperados o la gravedad del glaucoma empieza a ser considerable se aplica la iridectomía con láser que es un tratamiento quirúrgico que se realiza con láser y que consiste en una extirpación parcial del iris. Generalmente se aplica en pacientes que padecen un glaucoma de ángulo cerrado.
  • La trabeculopastia es un procedimiento similar, en este caso se aplica láser de argón sobre el trabéculo, que es la zona de filtración del ojo. El objetivo es aumentar el flujo de líquido ocular para favorecer su salida y que disminuya la presión. Otro procedimiento que tiene las mismas características que la trabeculopastia es el Ciclofotocoagulación transescleral con láser diodo.
  • El siguiente paso consiste en recurrir a tratamientos quirúrgicos. Los más habituales son la cirugía microinvasiva (MIGS) que es uno de los procedimientos más modernos y avanzados. Esta intervención se realiza cuando el glaucoma se encuentra en un estado precoz y se caracteriza por ser muy sencilla y tener un riego mínimo.
  • En los casos en los que el glaucoma ha alcanzado un desarrollo importante se recurre a la cirugía invasiva en la que se realizan pequeños cortes o incisiones que tienen el objetivo de mejorar el drenaje y reducir la presión intraocular.
  • Trabeculectomía: cuando el glaucoma es muy avanzado, otra opción es la implantación de dispositivos de drenaje como las válvulas de Ahmed o Baerveldt de que es un implante ocular que regula la presión que se produce en el interior del ojo.

⇨Aquí te dejamos un post con nuestros consejos para afrontar la pérdida de visión.