Se conoce como insuficiencia límbica, cuando se destruyen las células madre epiteliales de la córnea en la zona conocida como limbo esclerocorneal.

La insuficiencia límbica

Ante esta situación, no se regenera el epitelio o capa más superficial de la córnea. Y es que el epitelio corneal es una superficie que está en continua regeneración a través de las células madre que están localizadas en el limbo de la córnea.

Si hay problemas en estas células, no se regeneran y las que hay no son capaces de mantener bien la superficie de la córnea, lo que hace que por ejemplo una pequeña herida en el ojo que podemos hacernos al frotarnos fuertemente y que no es visible. Si se acumulan pequeñas cicatrices en esa zona del ojo pueden afectar a la visión.

Causas de la insuficiencia límbica

La insuficiencia límbica puede estar causada por diferentes situaciones, como una conjuntivitis o alguna agresión externa, pero también puede ser de nacimiento, lo que se conoce como insuficiencia límbica congénita.

Síntomas

Normalmente, su diagnostico no es fácil, pero sí que hay una serie de síntomas que pueden hacer saltar las señales de alarma. Estos son:

  • Visión borrosa.
  • Sensación de cuerpo extraño en el ojo.
  • Intolerancia a la luz o fotofobia.
  • Exceso de lágrimas.
  • Dolor en el ojo.

Ante estos síntomas es conveniente acudir lo antes posible a un especialista en Oftalmología para que lleve a cabo las pruebas pertinentes para diagnosticar el problema.

El diagnóstico de la insuficiencia límbica se centra en la historia clínica que hace nuestro oftalmólogo preguntando sobre los síntomas que se tienen, desde cuándo se tienen, cómo son y cuándo han aparecido. Después de hacer la historia, el oftalmólogo pasa a examinar la superficie de la córnea para intentar determinar si existe una insuficiencia límbica.

Tratamiento

Como siempre, el tratamiento de insuficiencia límbica es individualizado, en función de la fase en la que se encuentre la lesión y las características propias del paciente. Normalmente, el inicio se basa en mejorar la lubricación del ojo con lágrimas artificiales. También se suelen dar corticoides tópicos para reducir la inflamaciónu otro tratamientos que mejoran la reepitelizacion de la cornea como el suero autólogo , etc.

Lo importante es acudir lo antes posible a un buen centro que cuente con oftalmólogos con amplia experiencia para iniciar el tratamiento de forma precoz y evitar que la lesión aumente de tamaño y sea más complicado reducirla y controlarla.