La presbicia o vista cansada es el problema de la vista más frecuente. En nuestro país afecta a más de 17 millones de personas y se estima que un 67% de los españoles mayores de 45 años lo padece, según el Consejo General del Colegio de Ópticos-Optometristas.

¿Por qué aparece la presbicia?

El origen de la presbicia se encuentra en el cristalino, una lente natural del ojo, transparente y con aspecto similar al de un gel, que es muy flexible y es el responsable de que podamos observar de forma nítida las caras de las personas o las letras al leer. Como parte del proceso de envejecimiento del ojo, el cristalino va perdiendo elasticidad, y, como consecuencia, deja de enfocar correctamente los objetos cercanos.

Cómo detectar la presbicia

Los síntomas de la presbicia suelen aparecer a partir de los 45 años y de forma más o menos repentina:

  • Dificultad para ver bien de cerca.
  • Fatiga visual al final de la jornada.
  • Necesidad de alejar los textos que se leen para poder distinguir las letras.
  • Dolor de cabeza.

Las dificultades de visión por este motivo se solucionan con el uso de gafas para la presbicia, es decir, gafas de cerca diseñadas para restablecer la nitidez y claridad que se pierde como consecuencia del deterioro del cristalino.

Cómo se opera la presbicia

Gafas para la presbicia: por qué el oftalmólogo debe dar el visto bueno

Muchas personas con esta anomalía visual, tardan mucho tiempo en usar gafas para la presbicia, bien por dejadez (se acostumbran a estirar los brazos para leer mejor) o por creer erróneamente que se trata de una consecuencia del paso del tiempo contra la que no pueden luchar.

Hay que saber que, aunque no se trata de una enfermedad ocular en sí misma, si no se utilizan gafas para la presbicia, esta progresa más rápidamente, y los síntomas como el cansancio ocular o los dolores de cabeza pueden ser severos.

Por tanto, es fundamental consultar al oftalmólogo cuando se presentan los síntomas de presbicia para que sea él quién determine la graduación necesaria para las lentes.

¡Cuidado con las gafas para la presbicia que no están homologadas!

Hay que tener cuidado con las  gafas premontadas, es decir, las que se venden en grandes superficies y otros centros no especializados en la visión, que se fabrican en serie, y con una graduación arbitraria para compensar la pérdida de nitidez.

No es aconsejable utilizar gafas para la presbicia o vista cansada no adquiridas en un establecimiento especializado ya que, aunque permiten leer y ver mejor, no son la mejor solución al problema por varias razones:

  • Cada persona tiene presbicia en un grado determinado, que debe ser evaluado por el óptico-optometrista.
  • La graduación de las gafas para la presbicia suele ser diferente en un ojo y en otro.
  • La presbicia suele ir acompañada de otras alteraciones oculares, como el astigmatismo, por lo que es necesario utilizar lentes adaptadas a ambos problemas.

En definitiva, las gafas premontadas adquiridas en establecimientos no especializados, actúan como una lupa, por lo que pueden mejorar la visión y utilizarse en casos puntuales, pero no son la mejor opción para mejorar los síntomas de presbicia.

Aunque la vista cansada no se puede prevenir ni evitar, sí hay una serie de pautas que se aconseja poner en práctica para reducir sus síntomas o ralentizar su aparición:

  • Consultar al especialista en cuanto notes que no enfocas bien de cerca.
  • Usar siempre la iluminación adecuada para cada actividad.
  • Hacer pausas o descansos si hay que pasar muchas horas delante de la pantalla del ordenador o de otros dispositivos.
  • Mantener una distancia de visualización adecuada.

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