Todos sabemos caminar. Y hasta correr. Pero, ¿sabes qué tipo de pisada tienes? Conocer cómo funciona nuestro pie y cómo apoya contra el suelo a cada paso es mucho más que una excusa comercial para vender zapatillas para pronador o supinador. En especial, para los corredores. Este gesto de pisar se va a repetir infinitas veces durante una carrera. Si corres con frecuencia, te interesa conocer tu tipo de pisada.
¿Por qué debes conocer tu tipo de pisada?
¿Sabías que en un maratón podemos llegar a dar una media de 27.000 zancadas? Ahora plantéate que no sean perfectas y transmitan pequeñas descompensaciones a otras cadenas articulares. Casi imperceptibles, pero constantes y a cada paso. Dado que tendemos a pisar siempre igual, ya sea en un entreno o en competición, conviene conocer nuestro tipo de pisada y sus consecuencias en otras articulaciones:
- Condiciona la postura de todo el cuerpo. Al correr, el cuerpo vuela hasta apoyar en el suelo . Al aterrizar, lo hace con un solo pie. Imagina que un avión tomara tierra con una sola rueda. Debería ser muy firme, ¿no? De lo contrario, todo el aparato se escoraría hacia un lado. Lo mismo sucede con el pie.
- Si está desequilibrada, puede ocasionar lesiones. El esqueleto humano forma un sistema único y comunicado. Si una parte renquea, otras tendrán que compensarla. Si el pie falla en el punto de apoyo o el tipo de pisada no es el adecuado, transmitirá una tensión excesiva a la rodilla, a la cadera e, incluso, a la región mandibular. Muchos problemas de bruxismo y hasta la rotura de piezas dentales se originan en una mala pisada.
- Condiciona el tipo de zapatilla que necesita cada corredor. Existen modelos reforzados para controlar la supinación y la pronación. Pero solo deben usarlo aquellos corredores que realmente las necesiten. Científicos daneses ratifican en el British Journal of Sports Medicine que nunca deben usarse para prevenir.
Existen tres tipos de pisada: pronadora, neutra y supinadora. Determinar cómo es tu tipo de pisada y qué tipo de calzado te conviene tiene consecuencias y solo debería realizarse de forma personalizada y en la consulta de un podólogo, tal como sugiere la American Academy of Podiatric Sports Medicine. ¿Sabes cuál es la tuya y qué implica?
Pisada pronadora: el pie pronador, el más habitual
La pronación es el movimiento por el cual el pie tiende a desplazar la carga hacia el interior. En otras palabras, se aplana. En principio, no es un error. El 90% de las personas pronamos de forma natural al despegar el pie del suelo. Y, al revés, se supina al apoyar. Las mujeres tienden a pronar más debido a la posición de la cadera, más ancha que la de los varones. Esta característica anatómica hace que las rodillas tiendan a inclinarse ligeramente hacia dentro a cada paso. Los niños hasta los 6-8 años también tienen las rodillas ligeramente metidas hacia dentro. Son pronadores naturales y no es un defecto que haya que corregir, aunque en algunos comercios pretendan convencer a los padres de la conveniencia de poner plantillas a los niños.
Tener un tipo de pisada pronadora no es un problema siempre que no interfiera en la marcha. Entre las causas más habituales de pronación se encuentran:
- Tener poco arco.
- Debilidad del tobillo.
- Defectos en la arquitectura ósea del pie.
Pisada supinadora: apoyar por la parte externa
Al igual que casi todos pronamos al despegar, casi todos supinamos al apoyar el pie contra el suelo. O sea, inclinamos ligeramente el pie hacia fuera, para, al instante y de forma inconsciente, corregir la posición al estabilizar. ¿Cuándo consideramos un tipo de pisada supinadora como un problema? Cuando no se produce esta corrección y todo el apoyo se traslada a esa zona.
Estas son algunas de las causas más habituales de la pisada supinadora:
- Falta de tono en otros grupos musculares implicados en la marcha, como los sóleos, los gemelos o los tobillos.
- El tener el pie arqueado de forma natural.
- Técnica de carrera deficiente.
- Mal ajuste de las zapatillas.
- Lesiones previas.
- Zapatilla desgastada.
Pisada neutra: ni hacia dentro ni hacia fuera
Como hemos visto, todos somos pronadores y supinadores a la vez. Mientras esos movimientos se mantengan de forma comedida en las fases de despegue y entrada, hablaremos de pisada neutra. Esto significa que el funcionamiento del pie es completamente normal y no hace falta compensar ningún movimiento.
Cómo saber cuál es mi tipo de pisada: ¿soy pronador o supinador?
Existen varios métodos para saber si eres pronador o supinador. Van desde los caseros o intuitivos a la consulta con el podólogo, que es el profesional autorizado para tratar los pies.
- Observar las zapatillas. Quítatelas. Si se desgastan más por un lado que por otro o si se inclinan claramente hacia dentro o hacia fuera, tu pisada será pronadora o supinadora. Por muy buenas que sean, si están torcidas no solo no estarán haciendo su función de corrección: te estarán forzando a replicar ese movimiento erróneo una y otra vez. Cambia de zapatillas y plantéate usar una plantilla de corrección.
- Sentadillas. Descalzo y con los pies juntos, flexiona varias veces las rodillas. Si en las últimas chocan, eres pronador; si se separan, supinador; si se mantienen rectas, tienes pisada neutra.
- Huella mojada. Humedécete la planta del pie y apoya sin forzar. Si tu tipo de pisada es neutra, la huella será normal. En caso de pronar, verás casi toda la silueta del pie. Por el contrario, si tu pisada es de supinador la zona media será muy pequeña.
- Tienda de deportes. Cada vez es más frecuente que en los comercios especializados en calzado deportivo ofrezcan un ‘test de pisada’. Incluso en algunos grandes almacenes los dependientes se aventuran a diagnosticar el tipo de pisada del cliente a ojo. Ten cuidado: la cinta para correr de la tienda te servirá para probar la comodidad del calzado, pero confiar tu salud articular a alguien no profesional es un riesgo que puede salir caro.
- Consulta del podólogo. Estudian la anatomía y funcionalidad del pie. No solo te harán un estudio de la pisada (en reposo) , sino un estudio de la marcha (corriendo, para ver cómo apoyas el pie en movimiento). Si detectan anomalías, te ofrecerán una plantilla personalizada para corregir esas descompensaciones.
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