La cirugía PRK (photorefractive keratectomy) es una técnica basada en el láser excimer indicada para el tratamiento de la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.
¿Qué es y en qué consiste la cirugía láser PRK?
La técnica láser PRK se realiza mediante la modificación de la córnea para la corrección de defectos visuales como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
La cirugía refractiva con PRK es indolora, ya que se realiza con anestesia local. Esta técnica consiste en retirar el epitelio corneal y luego realizar sobre la córnea los impactos del láser necesarios para corregir la miopía, con un límite de 5 dioptrías, y el astigmatismo, hasta un máximo de 3 dioptrías. Posteriormente, se coloca una lentilla de contacto terapéutica para favorecer la cicatrización y la regeneración del epitelio, para evitar así el dolor postoperatorio.
En la cirugía láser PRK no se crea un flap corneal, como en el LASIK. En este caso, el epitelio corneal se separa del resto del tejido para, posteriormente, proceder a corregir la curvatura de la córnea y eliminar las patologías de la visión (miopía, hipermetropía o astigmatismo).
El láser empleado para la técnica PRK permite realizar intervenciones oculares de gran precisión y exactitud y, por tanto, dar los mejores resultados a los pacientes que desean corregir sus defectos visuales y dejar de lado el uso de gafas o lentillas.
Además, la intervención es rápida y segura, con una duración aproximada de 15 minutos.
Requisitos e indicaciones de la cirugía láser PRK
Aunque la cirugía refractiva con técnica Lasik es la más utilizada, la técnica quirúrgica con láser PRK tiene sus indicaciones concretas y, en algunos casos, hace lo que el Lasik no puede hacer o tiene contraindicaciones concretas, como por ejemplo, en pacientes con una córnea algo irregular muy planas o excesivamente curvas. También es una opción para aquéllos que no quieran que se realicen cortes en el ojo durante la cirugía.
Una de sus indicaciones específicas es para personas que por su profesión (policías, bomberos, etc.) o por practicar deportes de contacto o de riesgo, tienen una probabilidad de sufrir traumatismos en el ojo más alta de lo normal.
Sanitas brinda a las personas la oportunidad de prescindir de gafas y lentillas, y que tienen menos de 5 dioptrías de miopía y menos de 3 de astigmatismo, sometiéndose a una cirugía refractiva con láser PRK realizada por oftalmólogos expertos. De este nuevo servicio de Sanitas se podrán beneficiar tanto los socios de la entidad aseguradora como aquellas personas que no lo son.
Los requisitos para someterse a la técnica láser PRK son los siguientes:
- Salud ocular: es necesario que el paciente que se someta a la técnica PRK tenga buena salud ocular.
- Edad: los pacientes deben contar más de 18 años y menos de 50.
- Estabilidad ocular: es uno de los requisitos imprescindibles ya que, para que la operación sea eficaz, el paciente no debe haber experimentado variaciones en su graduación durante el año anterior a la cirugía.
- Descanso ocular: es necesario que los pacientes dejen descansar sus ojos de lentes de contacto antes de realizarse las pruebas preoperatorias, de manera que la córnea recupere su forma normal. En caso de usar lentes blandos, descansarán durante 2 semanas. Las personas que usen lentes rígidos descansarán 4 semanas, y quienes usen lentes semi-rígidos descansarán 3.
- Límite de dioptrías: finalmente, existe un rango de dioptrías dentro del cual la operación es recomendable. Este dato será aportado por el profesional en cuestión, aunque en general la cirugía PRK está indicada en las miopías de hasta 6 dioptrías y astigmatismos de hasta 3 dioptrías. El paciente debe estar dentro del rango de dioptría recomendado para la operación.
Además, es una técnica apropiada para las personas que tienen una córnea muy fina, plana, curva o irregular, en la que no se puede actuar con otras técnicas, como el LASIK, que implica laminar la córnea para aplicar el láser y luego volver a colocar la lámina en su lugar.
Complicaciones de la cirugía láser PRK
La ablación de superficie tiene un riesgo propio y distintivo: la aparición de haze, tanto precoz como tardío. El haze es la complicación más frecuente de la PRK, se asocia a menudo a regresión de la corrección miópica, y es una amenaza para la visión, porque la turbidez corneal o el astigmatismo irregular inducido pueden reducir la agudeza visual y la calidad visual.
Como el tratamiento del haze no siempre es efectivo, es fundamental prevenirlo. Desde hace más de una década, esto se viene haciendo con el uso intraoperatorio de MMC ( mitomicina 0,02%).
¿Me conviene la operación láser PRK?
En primer lugar es importante ponerse en manos de un equipo de oftalmólogos experimentados que analice nuestro caso y determine, entre otras cosas, el tipo y grado de error refractivo, el espesor y estado de la córnea, y la presión ocular.
Tras analizar todos estos parámetros, el equipo de oftalmólogos que lleva nuestro caso podrá recomendarnos la técnica que mejor se adapte a nuestras circunstancias.
En el caso de la cirugía PRK, debemos saber que los resultados son igual de positivos que los alcanzados con otras técnicas, como el LASIK, si bien el postoperatorio puede ser un poco más molesto y largo.
Postoperatorio de la cirugía láser PRK: recuperación
Es posible que durante las 72 horas siguientes a la intervención tengamos algo de irritación, picor, lagrimeo y sensación de arenilla en el ojo. Para disminuir estas molestias el oftalmólogo nos prescribirá colirios antiinflamatorios e hidratantes, así como antibióticos para disminuir el riesgo de infección, e incluso tratamiento para el dolor vía oral tipo diazepam
Es importante no frotarse ni maquillarse los ojos tras la intervención y evitar cualquier actividad laboral o deporte de contacto en el que haya un gran riesgo de sufrir un golpe en el ojo.
La recuperación de la cirugía PRK es más lenta que con otras técnicas de cirugía refractiva con láser, ya que hay que dar tiempo para que el epitelio corneal se regenere completamente. Aunque se pueden realizar las actividades normales, incluida la lectura o el trabajo en el ordenador, unos días después de la intervención, la agudeza visual se recupera en su mayor parte al cabo de una semana o 10 días, pero es necesario utilizar un colirio oftálmico y lágrimas artificiales durante algunas semanas tras la intervención. También es importante seguir las indicaciones del oftalmólogo para evitar una eventual infección.
¿Cuándo se comienza a ver bien?
La recuperación de la visión es rápida y gradual, alcanzando el 100% al mes de la intervención, aproximadamente. En la cirugía PRK no se hace corte lamelar, con lo que se evitan sus posibles riesgos. Y el riesgo de ectasia también es mucho menor con la PRK que con el LASIK.