El nistagmo es un movimiento involuntario, rápido y repetitivo de los ojos que impide que estos permanezcan enfocados en una persona o en un objeto.

Los movimientos que produce tener nistagmo pueden ser en varias direcciones, aunque lo normal es que sea de lado ( horizontal); hacia arriba y hacia abajo  (vertical) o circular (rotatorio). Puede afectar a un solo ojo, aunque habitualmente aparece en los dos.

Esta condición suele estar presente desde el nacimiento o aparecer en la infancia, en la mayoría de los casos entre las seis primeras semanas de vida y los tres meses de edad, (nistagmo congénito) o puede surgir como consecuencia de una enfermedad o accidente.

Los nistagmos congénitos son anomalías de funcionamiento en las áreas del cerebro que controlan los movimientos de los ojos.

Tipos de nistagmo

Nistagmo congénito

Este nistagmo suele ser leve y mantener la misma gravedad a lo largo de la vida del paciente. Además, no está asociado a ninguna otra afección.

Una de las características específicas es que las personas que lo tienen no son conscientes de los movimientos de sus ojos y pueden ver bien o no, dependiendo de si las vías visuales están íntegras. Sin embargo, las personas de su entorno sí pueden distinguirlos.

Cuando los movimientos involuntarios son pronunciados, la agudeza visual puede estar por debajo de los niveles recomendados y en estas circunstancias la cirugía puede ser una alternativa para ayudar a mejorar la visión. Además, la posición de cabeza compensadora o torticolis, en ocasiones, si es muy anómala, también se puede mejorar con cirugía .

Nistagmo adquirido

Como ya hemos explicado, pueden aparecer como consecuencia de un accidente o alguna enfermedad. Las circunstancias más frecuentes son traumatismos craneales, problemas en el oído, tener la enfermedad de Meniere, un ictus o deficiencia de vitamina B12, entre otros.

El consumo de ciertos fármacos o una intoxicación alcohólica influye en la aparición del nistagmo

Respecto al tratamiento, dependiendo del caso, será el oftalmólogo especialista quién determinará si el paciente puede someterse a una intervención quirúrgica u optar por el tratamiento farmacológico.

Tratamiento para corregir el nistagmo

En la primera alternativa, la cirugía permite corregir las posiciones neutras y mejorar la visión y la apariencia estética, aspecto que afecta especialmente a la autoestima del paciente.

Respecto al tratamiento farmacológico, los medicamentos pueden ayudar a disminuir algunos de los movimientos involuntarios que produce el nistagmo, aunque esta corrección es puntual, es decir, no se mantiene para siempre.

Los expertos recomiendan realizar exámenes periódicos visuales para controlar la afección. En estas revisiones el especialista puede recomendar la utilización de lentes de contacto en algunos pacientes.