La tensión ocular indica la presión que hay dentro del ojo (presión intraocular). Esta presión se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), la misma unidad que se usa para medir las condiciones climatológicas. La tensión ocular se considera normal cuando es menor de 21 mm Hg, y cuando se supera este límite en al menos dos mediciones consecutivas, se considera que existe hipertensión ocular.

El glaucoma

Si bien la tensión ocular es el principal factor de riesgo para sufrir glaucoma (enfermedad ocular progresiva del nervio óptico que puede causar ceguera), no siempre hay relación entre la tensión ocular y el glaucoma, porque lo que define a este último es el daño en el nervio y no la tensión ocular elevada propiamente dicha.

Muchas personas con glaucoma no tienen problemas de hipertensión ocular.

Sin embargo, es importante controlar muy de cerca la tensión ocular y reducirla antes de que cause alguna pérdida de la visión o daño en nervio óptico.

¿Cuáles pueden ser las causas de la tensión ocular?

La principal causa de hipertensión ocular es la acumulación de humor acuoso debido a que el ojo no consigue drenarlo fuera.

Sin embargo, también puede estar causada por una lesión, ciertas enfermedades o el uso de medicamentos, como los CORTICOIDES

Predisposición a problemas de tensión ocular

Aunque cualquier persona puede desarrollar hipertensión ocular, algunas tienen una mayor predisposición, como las que tienen:

  • Antecedentes familiares de hipertensión ocular o glaucoma
  • Diabetes
  • Más de 40 años

Diagnóstico

Problemas como la hipertensión ocular por lo general no presenta síntomas y no se puede saber qué personas la desarrollarán o no, por ello es recomendable acudir al oftalmólogo y hacer una revisión ocular completa anual a partir de los 40-45 años, puesto que la presión intraocular elevada se presenta a partir de esta edad.

Dependiendo del caso, el oftalmólogo nos recetará colirios que ayuden a controlar la presión intraocular y establecerá un calendario de seguimiento para ver cómo evoluciona. Dependiendo de la gravedad también puede indicarse una cirugía, pero este tratamiento se reserva para los casos que no responden a otras medidas.