¿Qué es el herpes genital?
El herpes genital es una infección de transmisión sexual causada principalmente por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2) y, con menos frecuencia, por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), responsable del herpes labial. El herpes genital se contrae al mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada y en la mayoría de los casos no provoca síntomas, por lo que muchos de los infectados no saben que tienen la enfermedad. Aunque no haya síntomas, el herpes genital es una infección muy contagiosa.
Entre los síntomas del herpes genital están dolor, picor y aparición de úlceras y llagas en la zona genital, glúteos y muslos. El virus se puede extender a otras partes del cuerpo, como por ejemplo los ojos, si el contagiado toca esas zonas después de haberse rascado o frotado las úlceras. Por ello, es importante que los infectados mantengan una buena higiene y se laven bien las manos antes de tocar otras zonas del cuerpo.
El herpes genital suele ser más frecuente en las mujeres que en los hombres, y en las personas de ambos sexos que tienen múltiples parejas sexuales y mantienen relaciones sin protección.
El brote inicial del herpes genital se caracteriza por la aparición de llagas y ampollas muy dolorosas en la zona genital, picor al orinar y, en ocasiones, síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, dolor muscular o inflamación ganglionar. Después son frecuentes las recurrencias en forma de nuevos brotes, cuya sintomatología suele ser más débil y la duración es menor. Con el paso de los años los brotes se hacen menos frecuentes.
Causas herpes genital: ¿Cómo se contagia?
El herpes genital está causado por el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2) y se transmite al mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada. El herpes genital también puede estar causado por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1), responsable del herpes labial, que puede pasar de la boca a los genitales al mantener sexo oral.
Síntomas del herpes genital
Un porcentaje elevado de personas con herpes genital no suele presentar síntomas o éstos son muy leves y se confunden con otros trastornos. Los síntomas son similares en hombres y mujeres e incluyen dolor, picor y aparición de úlceras, llagas, ampollas y en la zona genital, en la vagina y el cuello del útero, en el pene y el escroto, en la uretra, la boca, el ano, glúteos y muslos.
Herpes genital en el embarazo
Las embarazadas con herpes genital tienen un mayor riesgo de tener un parto prematuro, abortos espontáneos y de trasmitir la infección al feto durante la gestación, aunque lo habitual es que esto ocurra en el momento del parto.
El bebé puede desarrollar herpes neonatal, que causa complicaciones graves, como ceguera o daño cerebral, e incluso la muestre. Para reducir el riesgo de transmisión del herpes genital al bebé, es importante que la madre reciba tratamiento. Si en el momento del parto la embarazada tiene un brote, es probable que se le recomiende una cesárea para limitar las posibilidades de trasmisión.
Consecuencias y complicaciones del herpes genital
Entre las posibles complicaciones del herpes genital están:
- Mayor riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual, como el VIH.
- Transmisión del herpes genital al bebé durante el parto.
- Más posibilidades de sufrir abortos y parto prematuro.
- Inflamación del recto (proctitis).
- Inflamación de la uretra (uretritis).
Pruebas diagnósticas: ¿Cómo saber si tengo herpes genital?
El diagnóstico del herpes genital se puede hacer mediante la observación de las lesiones, un análisis de sangre para detectar la presencia de anticuerpos desarrollados por el organismo para combatir el virus, o un cultivo de tejido de las úlceras o llagas.
Tratamiento herpes genital: ¿Cómo curarlo?
No hay un tratamiento curativo para el herpes genital, pero se pueden tomar fármacos antivirales para controlar los síntomas, disminuir la frecuencia de los brotes y las probabilidades de transmitir el virus. Entre estos antivirales se encuentran el aciclovir y el valaciclovir.
El médico determinará cuándo y durante cuánto tiempo se debe tomar el tratamiento, ya sea solo durante los brote o de manera continuada, incluso cuando no haya síntomas.
Prevención herpes genital
La única manera de prevenir al 100% el herpes genital es evitando las relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales. Para las personas sanas sexualmente activas, la prevención pasa por mantener relaciones con una única pareja no infectada y utilizar siempre preservativo, si bien hay que recordar que éste puede no cubrir todas las zonas afectadas por el herpes genital.
Las personas infectadas con una vida sexual activa deberían informar a sus parejas, utilizar siempre preservativo en sus relaciones sexuales, evitar las relaciones cuando se tiene un brote y tomar la medicación que le haya prescrito el médico para reducir las posibilidades de transmitir el virus a su pareja.
Preguntas frecuentes sobre el herpes genital
El herpes genital no tiene cura. El tratamiento consiste en controlar los síntomas, disminuir la frecuencia de los brotes y reducir las posibilidades de transmisión.
El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual causada por el virus del herpes simple tipo 2 y, ocasionalmente, por el virus del herpes simple tipo 1. Es altamente contagiosa y no tiene cura. La candidiasis, por su parte, está causada por el hongo Candida albicans, que se encuentra de manera natural en el organismo, principalmente en la flora vaginal e intestinal. Los síntomas del herpes genital son dolor, picor y aparición de úlceras en la zona de los genitales, ano y glúteos, entre otras, mientras que el principal signo de candidiasis es la aparición de flujo vaginal lechoso sin mal olor. El herpes genital se trata con fármacos antivirales y la candidiasis con antifúngicos.