¿Qué es la sífilis?
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por una bacteria llamada Treponema pallidium. La primera manifestación de la sífilis suele ser una llaga denominada chancro que se forma en el sitio en el que la bacteria ha entrado en el organismo. Esta llaga aparece a las pocas semanas de haber estado en contacto con el chancro de una persona infectada mediante relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales. Las llagas pueden aparecen en los genitales, el recto o en la mucosa de la boca, y a veces son difíciles de detectar porque están en zonas ocultas y no causan picor o dolor. La sífilis también puede trasmitirse de la madre al feto.
La enfermedad cursa en fases y causa síntomas que en ocasiones pasan desapercibidos o se confunden con los de otras enfermedades. Después de las primeras fases, la sífilis puede permanecer latente y asintomática durante muchos años, y luego activarse nuevamente. Si la infección no se trata, puede tener consecuencias graves para la salud e incluso causar la muerte.
Causas de la sífilis: ¿Cómo se contagia?
La sífilis se contagia cuando la piel o membrana mucosa de la persona sana entra en contacto directo con las llagas del infectado al mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales sin protección. Asimismo, la sífilis se puede transmitir de la madre infectada al feto.
Síntomas de la sífilis según las fases o etapas
Los síntomas de esta enfermedad de transmisión sexual se presentan en varias fases, que en ocasiones pueden solaparse. Aunque cada una de estas fases tiene unos síntomas característicos, lo cierto es que pueden pasar varios años desde que se contrae la infección hasta que se empiezan a percibir los primeros síntomas.
Sífilis primaria
La sífilis primaria se caracteriza por la aparición de una o varias llagas en la zona en la que la bacteria penetra en el organismo. Esta llaga aparece unas tres semanas después de haber entrado en contacto con la llaga de una persona infectada.
La llaga de la sífilis suele pasar desapercibida porque no causa dolor o picor, y puede estar en zonas ocultas de los genitales, la vagina o el recto. Cuando es visible, puede confundirse con otras lesiones cutáneas. Lo habitual es que esta llaga se cure por sí sola, aunque no se reciba tratamiento, en un periodo que oscila entre las tres y seis semanas.
Sífilis secundaria
Una vez curada la llaga que da inicio a la sífilis, en la fase secundaria aparece una erupción cutánea en el tronco, las palmas de las manos y de los pies. Al igual que ocurre con las llagas, esta erupción no causa picor ni es dolorosa. En la fase secundaria también pueden aparecer lesiones en la mucosa similares a verrugas, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, dolor muscular y de garganta, fiebre, cansancio, dolor de cabeza y pérdida de cabello.
Los síntomas de la fase secundaria desaparecen en unas pocas semanas, aunque no se reciba tratamiento, y en algunos casos pueden repetirse varias veces durante un periodo de un año. Después, la persona infectada pasa a una fase latente y, en algunos casos, a una fase avanzada que puede causar complicaciones muy graves.
Sífilis latente
Superadas las fases primaria y secundaria, la enfermedad entra en una fase latente en la que puede permanecer inactiva durante años o décadas. La fase latente se denomina precoz cuando el contagio se produjo en los últimos 12 meses, y tardía cuando tuvo lugar hace más de un año. Aunque no haya sintomatología y actividad, la bacteria persiste, si bien el riesgo de transmitirla es bajo.
Sífilis terciaria
La mayoría de los infectados no suelen evolucionar a una fase terciaria o avanzada, pero cuando ocurre, los síntomas que aparecen son muy graves, como parálisis o dificultad para coordinar los movimientos, ceguera, daño cerebral, en los nervios y en distintos órganos, como el corazón o el hígado. En los casos más graves puede causar la muerte.
Independientemente de la fase en el que la persona infectada se encuentre, en cualquier momento la sífilis puede propagarse a otras partes del organismo y causar sífilis ocular o daño cerebral y del sistema nervioso, que se conoce como neurosífilis.
Sífilis en el embarazo
Las embarazadas infectadas pueden transmitir la sífilis al feto, tienen un mayor riesgo de parto prematuro, de abortos espontáneos, de tener un bebé de bajo peso, de que nazca muerto o fallezca a los pocos días. Es importante detectar la enfermedad en la embarazada para poder tratarla cuanto antes con antibióticos. Si se detecta la infección en el recién nacido, se denomina sífilis congénita y también debe ser tratada para evitar complicaciones.
Consecuencias de la sífilis
La sífilis no tratada puede tener consecuencias graves y causar trastornos en todo el organismo, como por ejemplo:
- Cefaleas.
- Pérdida visual y auditiva.
- Demencia.
- Ictus.
- Meningitis.
- Impotencia.
- Incontinencia urinaria.
- Trastornos cardiovasculares.
- Complicaciones en el embarazo y parto.
- Mayor riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual, como el VIH.
- Desarrollo de bultos y tumores en la piel, los huesos y otros órganos.
Pruebas diagnósticas: ¿Cómo saber si tienes sífilis?
La sífilis se detecta mediante un análisis de sangre que determina la presencia de anticuerpos que se generan para combatir la infección. Si se sospecha de complicaciones en el sistema nervioso, se puede hacer un análisis del líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar.
Tratamiento de la sífilis: ¿Cómo se cura?
El tratamiento de esta ETS consiste en la administración de antibióticos (penicilina o tetraciclinas). Hay que tener en cuenta que si bien los antibióticos curan la infección, no revierten el daño que se haya producido en el organismo antes de recibir el tratamiento.
Prevención de la sífilis
La única manera segura de evitar totalmente esta enfermedad es la abstinencia sexual y, en su defecto, mantener relaciones con una única pareja no infectada y utilizar preservativos. Aunque los preservativos disminuyen el riesgo de contraer sífilis, hay que tener en cuenta que no cubren todas las zonas en las que pueden encontrarse las llagas o chancros.
Preguntas frecuentes sobre la sífilis
La sífilis está causada por una bacteria llamada Treponema pallidium.
La duración del tratamiento de la sífilis es variable, dependiendo de la fase de la enfermedad. La curación de la sífilis debe ser confirmada por el médico con nuevos análisis tras finalizar el tratamiento con antibióticos.
La sífilis se detecta mediante un análisis de sangre que determina la presencia de anticuerpos que desarrolla el organismo para combatir la infección.
Sí, la fiebre es uno de los síntomas característicos de la fase secundaria de la enfermedad.
Entre los médicos que tratan la sífilis se encuentran los especialistas en Dermatología y Venereología, Enfermedades Infecciosas, Urología y Ginecología.
Para no contagiar esta enfermedad de transmisión sexual se debe recibir tratamiento. Una vez curado, el paciente podría volver a desarrollar la enfermedad y, en consecuencia, transmitirla a sus parejas, si mantiene relaciones sexuales sin protección con una persona infectada.