La fimosis

Del griego φῑμός, phimós, hocico, la fimosis sucede cuando el orificio del prepucio es demasiado estrecho para dejar salir al glande. En realidad, es una condición del pene en la que el prepucio no puede ser totalmente retraído sobre el glande. Se diagnostica por exploración física, cuando se observa dificultad o imposibilidad para retraer el prepucio sobre el glande, lo que forma un anillo de piel que es la que precisamente impide la citada retracción. Además, pueden existir adherencias entre la cara interna del prepucio y el epitelio del glande, que son habituales en los bebés.

Diferencias fimosis bebé y niño

Hay ciertas diferencias entre la fimosis de un bebé y la de un niño. Al nacer, el prepucio está fusionado con el glande y no se puede retraer, de hecho, todos los varones recién nacidos tienen fimosis. Después va desapareciendo durante la infancia y la pubertad. A partir de aquí, en torno al primer año de vida, el prepucio debería poder retraerse dejando el glande al descubierto, tanto cuando el pene está flácido como cuando está erecto. Es entonces cuando la piel debe ir desprendiéndose poco a poco de la mucosa del glande. Siempre con suavidad, nunca forzando.

Retracción prepucial

Es preciso subrayar que la retracción prepucial es necesaria para poder limpiar correctamente el pene, que se suele ensuciar por sudor y una sustancia grasa que se forma en su interior denominada esmegma, que puede producir infecciones y otras complicaciones. Es tarea de los padres el que pueda hacerse de la mejor manera, siempre contando con la ayuda del pediatra, que es el médico que cuida por el correcto desarrollo tanto del niño sano como del enfermo. La adherencia prepucial y fimosis en la infancia es una condición normal, por lo que el pediatra podrá guiar a padres a cómo retraer el prepucio con cuidado y eficacia.

Realizar la limpieza del pene en casa, por parte de los padres, se realizará preferentemente durante el baño, dos veces al día. Cuando el niño va siendo más mayor, cerca de los 2 años, puede ser educado para que, poco a poco, y con cuidado, pueda hacerlo él mismo.

Respecto al posible uso de cremas, se pueden emplear algunas con corticoides de uso tópico (cantidades inferiores al 0,1%), dos veces al día durante un periodo máximo de 30 días, con tasas de éxito de hasta el 90%, siempre acompañado de la correspondiente retracción e higiene diaria. Pero existe un 17% de recurrencia o fracaso a este tratamiento.

Retraer el prepucio

Siempre existe la posibilidad de que los padres, con la mejor intención, hagan daño al niño al tratar de retraer el prepucio. Pero con suavidad y siempre educando para poder realizar la higiene cuidadosamente, no debería haber problemas. En cualquier caso, la mucosa del glande y del prepucio curan rápidamente y casi siempre sin secuelas. No obstante, si se producen retracciones repetidas y traumáticas, podemos provocar una fimosis secundaria, por lo que debemos evitar siempre la formación de grietas y heridas cuando hagamos la retracción.

Fimosis primaria

Con todo, en la infancia, la fimosis más frecuente es la primaria, es decir, la causa un desarrollo desproporcionado entre la piel del prepucio (su orificio final) y el glande. Pero también existe una forma secundaria, que se da hasta en un 35% de los niños, debido a una enfermedad cutánea denominada balanitis xerótica obliterans. La fimosis secundaria puede complicarse con estenosis del meato uretral, lo que puede producir dificultar para poder orinar y molestias.

Ante esta situación, la realización de la circuncisión puede ser electiva, es decir, decisión de los padres o tutores, así como en cierto modo del menor. En cualquier caso, se desaconseja su realización antes de los 2 años de vida. También existen indicaciones absolutas, es decir, el niño debe someterse a circuncisión de forma obligada, por razones como la fimosis secundaria, la balanitis recurrente (infecciones cutáneas del glande) y las infecciones urinarias de repetición. La formación de “balón” prepucial entre glande y la propia salida del prepucio, siempre que permita orinar, no es indicación absoluta de circuncisión.

Contraindicaciones circuncisión

También existen contraindicaciones para la circuncisión, como la infección local activa y las alteraciones congénitas del pene, tipo hipospadias o el pene enterrado, ya que en este último caso la piel puede ser utilizada para la reconstrucción quirúrgica si se precisara.

El período de recuperación también varía, según los casos. En la mayoría, se siguen utilizando hilos de sutura reabsorbibles que tardan entre 2 y 4 semanas en caerse solos. Durante este tiempo, la herida debe ser lavada y curada de forma habitual, con agua y jabón. También se puede utilizar clorhexidina espray de base no alcohólica para desinfectar la zona los primeros días.

Las complicaciones típicas son las propias de cualquier herida quirúrgica. Las más frecuentes son el sangrado y la infección, aunque ocurren en menos del 5% de los casos. En caso de sangrado, la compresión manual con buenas medidas higiénicas suele ser suficiente para controlarlo. En muy pocas ocasiones, se precisa una reevaluación quirúrgica.

Al final del primer año de vida la retracción prepucial es posible en un 50% de los varones, y puede llegar al 89% a los tres años de vida. La incidencia de fimosis es del 8% a los 6-7 años de vida, para bajar al 1% en varones entre 16 y 18 años.