Si sufrimos un desprendimiento de retina, podemos dejar de ser capaces de realizar actividades cotidianas como leer, conducir o distinguir detalles pequeños. La retina es una capa de tejido que se encuentra en la parte posterior del ojo, y que se encarga de enviar las imágenes que percibimos al cerebro.

¿Cómo se produce un desprendimiento de retina?

El desprendimiento de retina se produce cuando hay un desgarro que no es tratado y el gel vítreo penetra a través de él, separando la retina neurosensorial del resto de capas del ojo.

Aparece una pérdida de visión o incluso la visión de un telón que nos impide ver a su través. Su tratamiento es siempre quirúrgico y existen diversas técnicas. Podemos hacer, en función del estado del paciente, una u otra y a veces son complementarias. La primera de ellas es la retinopexia neumática, que consiste en inyectar un gas dentro del ojo para volver a aplanar esa retina y posteriormente fotocoagular el desgarro, a través del cual se ha desprendido, con láser.

Otra técnica muy habitual hoy en día es la vitrectomía, en la cual introducimos dentro del ojo una serie de instrumentos, comemos todo el gel vítreo que pueda estar tirando de esa retina y desprendiéndola, y en el mismo acto quirúrgico, con un endoláser, sellamos los desgarros. Después de esta cirugía muchas veces se deja un gas dentro del ojo, como en el caso de la retinopexia neumática, y esto nos obliga a mantener una posición determinada de la cabeza durante un tiempo determinado y en función de la localización del desgarro. Otra de las técnicas que se utilizan para operar los desprendimientos de retina son los cerclajes esclerales. Consiste en colocar una banda a modo de cinturón alrededor del ojo para indentar la retina y producir una adhesión entre las capas del ojo. El desgarro siempre hay que tratarlo y, en el caso de los cerclajes, se suele sellar mediante criopexia, es decir, una quemadura producida por frío en lugar de con el láser.

Un desprendimiento de retina debe tratarse con cierta urgencia para evitar que el paciente sufra una pérdida significativa de visión.

Es un problema visual grave pero indoloro y puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más frecuente en pacientes de entre  44-48 años, o por encima de los 65 años.

Además, hay otros factores que predisponen a tener un desprendimiento de retina como ser miope, haber tenido una lesión en el ojo, tener antecedentes familiares de desprendimiento de retina, entre otros.

Causas del desprendimiento de retina

La principal causa de desprendimiento de retina está ligada al envejecimiento.

En el globo ocular hay un material transparente conocido como humor vítreo, que está unido a la retina, en la parte posterior del ojo.

Con el paso de los años el humor vítreo va variando y cambiando de forma, alejándose de la retina. Como consecuencia, el vítreo puede tirar de la retina y separar trozos de la misma provocando desgarros en la retina.

Los desgarros por sí solos no provocan el desprendimiento de retina, sin embargo, hay ocasiones en los que el desprendimiento de vítreo da lugar a desgarros que pueden provocar también el de retina.

A través de estos desgarros, el humor vítreo puede filtrase y elevar el ojo, especialmente si el paciente tiene miopía. El resultado de todo este proceso, es el desprendimiento de retina. Por ello es tan importante la rapidez a la hora de tratar este problema, se recomienda llevar a cabo la operación quirúrgica cuanto antes para tener una mayor posibilidad de éxito en el resultado final.

Operación o cirugía de desprendimiento de retina

El objetivo de esta operación es colocar la retina de nuevo en su sitio, y cerrar los desgarros que se hayan podido genera, para evitar un futuro desprendimiento con el tiempo.

Las técnicas quirúrgicas que suelen utilizar los expertos son:

  • Retinopexia neumática más fotocoagulación con láser: Tras la intervención, el paciente deberá guardar una postura postoperatoria que suele ser boca abajo hasta que el gas introducido en la operación desaparezca.
  • Vitrectomía posterior o microcirugía vitreorretiniana: Las recomendaciones suelen ser el consumo de antibióticos y/o antiinflamatorios, no realizar viajes en avión o mantener una determinada postura.
  • Crioterapia.
  • Cirugía escleral más crioterapia.

La recuperación de la intervención quirúrgica de un desprendimiento de retina es de un mes cómo mínimo, durante ese periodo la recomendación es guardar reposo.

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